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Francisco Javier, un loco por Cristo

(InfoSJ | 8 de febrero 2022)

El pasado 2 de febrero, el Padre Provincial, Antonio España, SJ, estuvo en la Universidad San Dámaso impartiendo el seminario "Rasgos de un misionero emblemático en el aniversario de su canonización", con motivo del 400 aniversario de este evento. Este seminario lo organizaba la Cátedra de Misionología de la que participan Obras Misionales Pontificias, junto a la propia universidad.

De Francisco Javier, el padre España recuerda que su figura ya era un ejemplo para los jóvenes a finales del siglo XVI. De la vida de Javier se sabe mucho, debido a su gran cantidad de cartas, en las que de manera transparente y clara iba contando todas sus aventuras y, lo que es más importante, gran parte de sus pensamientos. Además, como explica el provincial: "En la vida de Francisco Javier, encontramos una verdadera pasión por Jesucristo que le hace un loco por Cristo no solo por el anuncio de la fe sino también por las necesidades de tantas personas."

Basándose en todo lo anterior y en su "locura por Cristo", la ponencia se desarrolló en torno a algunos aspectos de la forma de ser del santo:

  1. "Javier personifica un vocación misionera alegre", comenzaba el provincial. No era un hombre ingenuo o santurrón, sino un misionero que encontraba en su esfuerzo y cansancio un camino cierto para acercarse cada día más a Dios. "No se trata de un optimismo defensivo que oculta la realidad. Jamás fue hombre frívolo ni, lo que sería su dramático opuesto, ciego fanático que ama el peligro y el riesgo", continuaba, "Javier encuentra consolación en el trabajo porque su dedicación a él forma parte de su íntima identidad, y ser misionero ha dejado de ser algo que él hace, para ser algo que él es.
  2. "Javier personifica una vocación que sabe anudar profundos lazos afectivos", fue el segundo punto que desarrolló el ponente. Javier no trabajaba sin contar con sus compañeros. Un hombre profundamente afectivo que, en sus numerosos viajes, jamás dejó de extrañar y querer a sus compañeros, algo que repetía de manera habitual en los saludos de sus cartas.
  3. "Javier personifica una actitud de discernimiento constante". El discernimiento también fue parte de la vida de Javier, que aprendió del propio Ignacio de Loyola. En sus escritos, el misionero siempre pedía a sus compañeros de misión que cultivaran su vida de oración.
  4. "Javier personifica un modo de liderar con corazón". Este fue el último punto que desarrolló el Provincial en su ponencia. Un liderazgo "exigente y responsable, pero cordial y sumamente humano", explicaba. Que, en el ejercicio de sus cargos, buscaba ganarse el corazón y el amor de quienes le rodeaban. 

Para concluir, Antonio España recordaba que en un mundo donde lo religioso se hace difícil de comunicar necesitamos "recuperar con urgencia credibilidad, a presentar ante el mundo un rostro atractivo, y a revisar una historia de fe con pecados y limitaciones."